Practicas 1

Un profesor de la universidad decía que el profesional no necesita de aprender las cosas en un aula, cuando el pleito en si esta afuera en la calle, el verdadero profesional se forma en el campo donde hay miles de cazadores en busca de una oportunidad con la cual se sientan valorados.

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Si bien es cierto en nuestra sociedad encontrar un trabajo es buscar una aguja en un pajar las oportunidades son escasas, podría decirse ínfimas.

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Tomo mi periódico del domingo que me cuesta el equivalente a una hamburguesa bien despachada y de la cual solo me sirve la sección “empleos” donde hay enormes anuncios que ocupan las tres cuartas partes del periódico, empresas bancarias ofrecen la oportunidad a jóvenes estudiantes con conocimientos de marketing, relaciones públicas, que cursen los primeros ciclos con cursos a fines con la carrera bancaria; diseñadores gráficos con conocimientos de los últimos programas en diseño y diagramación; anuncios en ingles para colegios privados que buscan docentes con la particularidad de ser bilingües, empleos para administradores de empresas son los que aparecen en su mayoría.

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Vas pasando las paginas y los anuncios son cada vez más breves o menos detallados, “practicantes de derecho, buffet de abogados reconocido, buen ambiente laboral, llamar al teléfono tal”; diagramadores, administradores, abogados, enfermeros, todas las carreras que no son en cierto modo valorado, económicamente hablando.

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Seis paginas he pasado ya y un minúsculo e imperceptible anuncio solicita practicante de periodismo ¿en una clínica?, sin pensarlo dos veces redondeo el anuncio y en mi libreta anoto la dirección; Asumo el mismo ínterin, vestirme, comer alga rápido, ir en el bus mirando el resto de anuncios, el sol es más inclemente todavía y el metal de la carcocha carrocería sancocha a los pasajeros, la música cumbia de moda resuena en por su moderno radio Pioneer, incomodidad, calor, sudores, olores y posibles flatulencias atentan contra tu existencia ad portas de solicitar un empleo.

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Un guapa señorita te recibe sonriente en la recepción de una clínica, es extraño que una enfermera que finge de recepcionista te sonría, por lo general son unas sadomasoquistas anestesiólogas que aplican inyecciones como si cosieran una rustica tela sin importarle las secuelas que pueda traer más adelante. Nuevamente me sonríe y me pide entrar a la oficina del director de la clínica, un médico amable me da la mano, revisa mi currículo y conversamos de todo un poco, atento y amigable me acepta a practicar… empiezo el lunes.

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Por el momento no recibiré sueldo alguno a manera de prueba, pienso que podré hacer una carrera en esta clínica, por lo menos pera empezar en algo.

Lo malo de buscar trabajo

Manolo me dice un día mientras tomábamos café en el balcón de la redacción de una revista, veíamos a un grupo de jóvenes haciendo cola para una entrevista personal, decía que lo malo de buscar trabajo es encontrarlo, que en cierto modo trabajar es una rutina estresante, abrumadora y hostigante que tiene una ínfima compensación los fines de mes; buscar trabajo era y seguirá siendo el vía crucis temporal hasta encontrar el ansiado empleo.

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Buscar trabajo te toma un día entero o semanas enteras… te levantas, tienes a la mano tu libreta de apuntes con las direcciones que encontraste en El Comercio del domingo, previamente tienes que tener en sobres manilas varios currículos nítidamente fotocopiados con toda tu documentación, así mismo cerciorarte de que tu usb tenga el mismo currículo en formato Word por si hay que enviarlo por Internet.

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Programar tu itinerario, planchar tu mejor camisa, tu mejor pantalón, embetunar tus zapatos, darte un baño desayunar lo que encuentres, recordar que bus tienes que tomar para llegar a tu primera parada, acomodar los sobres manilas según los destinos señalados, salir y encomendarte a todos los santos habidos y por haber y dejar que el día transcurra según lo que suceda.

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Vas dejando currículos de un lado a otro, o caminando o en carro, fatal es en época de verano, la elegancia con la que saliste termina por tostarse con el inclemente sol; el brillo de tu piel no resalta por tu capacidad profesional o por la alegría de buscar empleo, sino por el tonel de grasa que alberga el cuerpo y que se presenta en momentos previos a una entrevista personal.

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Los sobres manilas suelen ser dejados de lado o inocentemente decomisados, solo es para formalizar el documento, luego pasa a ser un aporte tuyo a la empresa que dicho sea de paso probablemente no te contrate, pero tu inversión ya esta hecha.

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Suele pasar que el desayuno no halla sido tu mejor aliado y termine por traicionarte o desgastarse por tan osado trajín; una botella de agua, probablemente una gaseosa helada con una galletas, incluso un refrescante regaderazo de algún jardinero municipal podría engañar al estomago por ese día, revisar los bolsillos y no encontrar nada para algunos de esos gastos te lleva a pensar en la urgencia de seguir buscando algo… lo que sea.

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Pueden pasar momentos humillantes como cuando te citan para una entrevista solo para decirte “pedimos gente que sepa ingles intermedio ¿o no entendió?... ¿para que mando su CV?”, es fácil decirlo cuando se tiene trabajo, es por eso que uno postula, porque quiere ganar dinero para poder terminar y llegar a avanzado ¿usted puede entender eso? Es decir… what's going on with you?

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Probablemente lo rescatable de hacer parte de una inmensa cola es poder conocer alguna fémina, agradable a los ojos y de manera de ser; encantadora jovencita que sonríe a tus comentarios sobre la situación laboral, una rápida acción podría llevar a obtener su teléfono o su correo “si consigo algo te puedo pasar la voz” clásico floro para frecuentarla, ingenua o quizás también interesada acepta que la llames… lo que pase después nadie sabe, es cuestión de suerte.

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A veces buscar trabajo puede ser el “trabajo” más engorroso del mundo, poder conseguirlo es un gran merito, a veces no es exactamente lo que queremos, no es lo que estudiaste pero en una etapa de la vida que venga lo que venga… practique en una revista importante, hice mis pininos en una panadería antes de navidad, acomode papas, lechugas, naranjas y demás frutas en un supermercado, después de eso pude ejercer mi carrera y aunque no es estable no pierdo la paciencia, como dice mi viejo paciencia y buena cara… harta paciencia.